Dios Gobierna a través de Nosotros

En el devocional de ayer, notamos que Dios gobierna sobre toda la creación, no solo las partes «religiosas». Hoy vamos a considerar cómo gobierna Dios, a través de nosotros.

Mirar el primer trabajo de Adán le dará forma a esta idea. Nombrar algo en el Antiguo Cercano Oriente era apropiarse de la cosa. Por lo que Dios a menudo cambia los nombres de las personas en las Escrituras. Al asignarle a Adán el trabajo de nombrar a los animales, Dios permitió que Adán se asociara con él en el gobierno de la creación. Dios hizo la creación solo, sin duda, pero no la cultiva solo. No, usa los conocimientos, la creatividad, la energía y los esfuerzos de la humanidad. El mandato cultural dado a Adán en Génesis 1:28 y Génesis 2:15 y dado nuevamente a Noé en Génesis 9: 1 es una invitación divina para todos nosotros, sus criaturas, para terminar en la historia lo que Dios comenzó en la creación. Abraham Kuyper lo expresó maravillosamente:

«La creación fue moldeada por Dios, moldeada con vida que surge y centellea en su seno, moldeada por los poderes que yacen dormidos en el útero de ella. Sin embargo, allí tendida, mostraba sólo la mitad de su belleza. Ahora, sin embargo, Dios la corona de humanidad, la cual despierta su vida, despierta sus poderes y con manos humanas saca a la luz la gloria que una vez estuvo encerrada en sus profundidades pero que aún no había brillado en su rostro”.

Dicho de otra manera, la humanidad es el vicerregente de Dios. Todo soberano, todo gobernante, debería ver su propia autoridad como un derivado del gobernante final, Yahvé. El Salmo 2: 10-12 dice lo mismo:

«Ustedes, los reyes, sean prudentes; déjense enseñar, gobernantes de la tierra. 11 Sirvan al SEÑOR con temor; con temblor ríndanle alabanza 12 Bésenle los pies, no sea que se enoje y sean ustedes destruidos en el camino, pues su ira se inflama de repente.»

Estamos acostumbrados a pensar en Dios obrando por medio de los trabajos de algunas personas; a veces, en inglés, se llama a los ministros, vicars (vicarios), precisamente por esta razón: están trabajando indirectamente en nombre de Dios. Sin embargo, de nuevo, no es sólo la esfera religiosa que está gobernada por Dios, sino son todas las esferas. Así, en cierto modo, todos somos vicarios; todos somos sacerdotes al servicio de Dios.

Ya hemos notado que Edén era una especie de proto-templo; se deduce que Adán, el primer trabajador, era un proto-sacerdote. De hecho, la misma palabra hebrea que se usa para el trabajo de Adán (שמר) en el huerto (Gén. 2:15) se usa para el trabajo del sacerdote en el tabernáculo (Núm. 3: 7).

Dios gobierna, pero gobierna a través de nosotros. Una vez más, los reformadores nos sirven aquí, aunque a menudo se les malinterpreta. Cuando personas como Lutero, Calvino y Cranmer insistieron en el sacerdocio de todos los creyentes, enfáticamente no estaban tratando de desespiritualizar lo sagrado. Al contrario, estaban tratando de volver a espiritualizar lo secular. El historiador David Hopper dice esto con respecto a la visión de Martin Bucer sobre el asunto:

«Para Bucero, la vocación era el resultado necesario de un orden restaurado de la creación, es decir, es un servicio disciplinado y amor tanto al prójimo, como a todas las criaturas, en esta vida. Tal como decía Lutero, esto ocurre una vez que la persona sea liberada de la preocupación por el mérito, pero esta vida también se mantiene integrada en juicios continuos sobre el servicio al bienestar de la comunidad del estado».

Los reformadores reconocieron que el cultivo del huerto por parte de Adán era tanto una vocación como la era el mantenimiento del templo por parte de Elí.

Piénselo, cuando la gente acudió a Juan el Bautista para escuchar sobre la venida del Mesías, él no les dijo a los recaudadores de impuestos:

«Dejan su trabajo y vayan al seminario». No, dijo, «No recojas más de lo debido» (Lc. 3:13). Del mismo modo, cuando los soldados escucharon las buenas nuevas, Juan no les pidió que cambiaran su espada por un pergamino. No, dijo, «No robes a nadie con violencia o con acusación falsa, y conténtate con tu salario» (Lc. 3:14).

Todo trabajo es sagrado cuando se hace para la gloria de Dios. Volvamos a comprometernos a ver la totalidad de nuestras vidas, y no sólo las partes «religiosas», como nuestro llamado a servir a Dios y al hombre.

Dustin Messer
Pastor para la formación en la fe en la Iglesia Anglicana de Todos los Santos en el centro de Dallas, Texas, EEUU.

Oración
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno,
por tu Espíritu todo el cuerpo de la Iglesia
está gobernado y santificado;
escucha las oraciones que ofrecemos
por todo tu pueblo fiel,
que en el ministerio al que nos has llamado
podemos servirte en santidad y verdad;
por nuestro Señor y Salvador Jesucristo
que vive contigo y el Espíritu Santo,
un solo Dios ahora y por siempre. Amén.